Preguntas frecuentes sobre transición justa

  1. ¿Qué es una transición justa?
  2. ¿Cómo podría ser una transición justa para las personas afectadas?
  3. ¿Por qué necesitamos una transición justa?
  4. ¿De quién es la responsabilidad de una transición justa?
  5. ¿Cuándo debe aplicarse una Transición Justa?
  6. ¿Será costosa la aplicación de una transición justa?
  7. ¿Cómo es la transición justa en el mundo?
  8. ¿Qué orientación existe para que los países lleven a cabo una transición justa?
  9. ¿Qué políticas son clave para abordar simultáneamente la sostenibilidad medioambiental, económica y social?
  10. ¿Qué programas e iniciativas existen para ayudar a los países y a las empresas a facilitar una transición justa?

¿Qué es una transición justa?

Para hacer frente a los apremiantes retos medioambientales, como el cambio climático, la contaminación y el descenso de la biodiversidad, los países y las empresas deben hacer una transición hacia economías y sociedades más ecológicas, resistentes y neutras desde el punto de vista climático.

Una transición justa significa hacer que la economía sea lo más justa e inclusiva posible para todos los interesados, creando oportunidades de trabajo decente y sin dejar a nadie atrás.

Una transición justa implica maximizar las oportunidades sociales y económicas de la acción climática, al tiempo que se minimizan y se gestionan cuidadosamente los desafíos, incluso a través de un diálogo social eficaz entre todos los grupos afectados y el respeto de los principios y derechos laborales fundamentales.

Garantizar una transición justa es importante para todos los países en todos los niveles de desarrollo. También es importante para todos los sectores económicos - no se limita en absoluto al suministro de energía - y en las zonas urbanas y rurales por igual.

¿Cómo podría ser una transición justa para las personas afectadas?

Imaginemos que un trabajador -Pablo- está empleado por Patricia como técnico en una fábrica que actualmente funciona con combustibles fósiles. Para reducir el impacto medioambiental negativo de su empresa, Patricia se ha inspirado en los incentivos del gobierno para cambiar a paneles solares en una ciudad vecina para alimentar su fábrica.

En el proceso de cambio del suministro energético de la fábrica, algunos técnicos serán despedidos, mientras que otros serán reciclados y reubicados en otras funciones para realizar trabajos mejores y más ecológicos.

Una Transición Justa implicaría una cuidadosa consulta entre los representantes elegidos de las organizaciones de trabajadores que representan a Pablo y a sus compañeros, y las organizaciones de empresarios que representan a Patricia y a la dirección de la fábrica, normalmente con el apoyo de los representantes del gobierno o de los marcos políticos.

Mediante un diálogo oportuno, respetuoso y activo, habría que encontrar soluciones para que los beneficios del cambio a la energía solar se distribuyan de la forma más justa y equitativa posible, por ejemplo, para decidir qué trabajadores tienen nuevas oportunidades de formación y desarrollo profesional y cómo se reinvertirá el nuevo ahorro energético de la fábrica.

La consulta entre las distintas partes también tendría que garantizar que los inevitables desafíos se anticipen y se gestionen bien, sin discriminación - por ejemplo, para determinar qué trabajadores serán reubicados en una nueva ciudad o despedidos, y en qué condiciones.

¿Por qué necesitamos una transición justa?

La ecologización de las economías puede mejorar nuestra capacidad de gestionar los recursos naturales de forma sostenible, aumentar la eficiencia energética y reducir los residuos, al tiempo que promueve la justicia social y aborda la pobreza, la desigualdad y las diferencias de género.

Una Transición Justa presenta muchas oportunidades para alcanzar objetivos sociales. Tiene el potencial de ser un motor de crecimiento nuevo y sostenible, en economías de ingresos bajos, medios y altos. Puede ser un generador neto de empleos verdes decentes que pueden contribuir significativamente a la erradicación de la pobreza y a la inclusión social.

También existe un riesgo importante de que, sin una Transición Justa, no logremos una economía baja en carbono y ambientalmente sostenible, esencial para el bienestar de las generaciones futuras. Si no se gestionan cuidadosamente mediante políticas y procesos de Transición Justa, los cambios económicos podrían dar lugar a un aumento de la desigualdad social, a la desilusión de los trabajadores, a huelgas o disturbios civiles y a una reducción de la productividad, así como a empresas, sectores y mercados menos competitivos.

¿De quién es la responsabilidad de una transición justa?

Aunque una política pública coherente es una fuerza impulsora de la Transición Justa y suele estar dirigida por los gobiernos, el desarrollo sostenible sólo es posible con el compromiso activo de todos los grupos representados en el mundo del trabajo.

Los gobiernos, los empresarios y los trabajadores son agentes del cambio que comparten la responsabilidad de desarrollar formas de trabajo nuevas e innovadoras que salvaguarden el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, erradiquen la pobreza y promuevan la justicia social.

Es fundamental que exista un fuerte consenso social sobre los caminos hacia la sostenibilidad. El diálogo social tripartito entre los gobiernos y las organizaciones representativas de empleadores y trabajadores tiene que ser parte integrante del marco institucional para la elaboración y aplicación de políticas a todos los niveles. Deben realizarse consultas adecuadas, informadas y continuas con todas las partes interesadas.

Las políticas y los programas también deben tener en cuenta la fuerte dimensión de género de muchos retos y oportunidades medioambientales, así como las necesidades e intereses de grupos infrarrepresentados como los jóvenes, los indígenas, las minorías étnicas, los migrantes y refugiados, las comunidades LGBTIQ+ y las personas con discapacidad.

Para ello, la sociedad civil, los grupos de jóvenes, el mundo académico y las organizaciones internacionales también desempeñan un papel fundamental en la elaboración y aplicación de políticas medioambientales basadas en pruebas que promuevan resultados eficaces y equitativos.

La Iniciativa de Acción por el Clima para el Empleo reúne a todos estos actores para proporcionar apoyo a los países en soluciones audaces para una transición hacia un futuro sostenible que sea justo y cuente con un amplio apoyo.

¿Cuándo debe aplicarse una Transición Justa?

Los países y las empresas de todo el mundo deben dar prioridad a una transición justa de inmediato, con carácter de urgencia.

Las investigaciones de la OIT sugieren que, para 2030, más del 2% del total de horas de trabajo en todo el mundo podría perderse cada año como consecuencia del cambio climático, ya sea porque hace demasiado calor para trabajar o porque los trabajadores tienen que trabajar a un ritmo más lento. 1.200 millones de puestos de trabajo -el 40% del empleo mundial- dependen directamente de un medio ambiente sano y estable.

El COVID-19 también ha creado una crisis del mercado laboral con una drástica caída del empleo mundial, desigualdades exacerbadas y riesgos económicos y de seguridad y salud laboral adicionales para personas, sectores y regiones de todo el mundo.

Dada la escala y la importancia de estos retos medioambientales y laborales, está claro que el mundo no tendrá ni los recursos ni el tiempo para abordarlos por separado o consecutivamente. Abordarlos conjuntamente no es una opción, sino una necesidad acuciante.

¿Será costosa la aplicación de una transición justa?

Teniendo en cuenta que desde el año 2000 se han perdido 23 millones de años de vida laboral a causa de las catástrofes, es importante destacar que el coste de la inacción es mucho mayor que el de la acción.

Además, los datos delas Naciones Unidas demuestran que la acción climática no supondrá una gran carga para los presupuestos nacionales. Por el contrario, el cambio a una economía verde es una decisión financiera sensata, y podría suponer un beneficio económico directo de 26 billones de dólares para 2030 en comparación con la forma de negocio actual.

También hay pruebas sólidas que sugieren que la inversión en una transición justa dará lugar a una ganancia neta de puestos de trabajo, junto con mejoras medioambientales, reducciones de las desigualdades sociales y mejoras en la calidad del empleo. Por ejemplo, la investigación de la OIT ha demostrado que si aplicamos las medidas necesarias para el Acuerdo de París e invertimos en la economía circular, podría haber una ganancia neta de empleo de 24 millones de puestos de trabajo para 2030.

A nivel de país, los primeros estudios exhaustivos sobre la financiación del clima presentan un panorama igualmente optimista. Los estudios muestran que se espera que las estrategias de Costa Rica para hacer frente al cambio climático aporten 41.000 millones de dólares de beneficios netos al país entre 2020 y 2050.

No cabe duda de que la acción climática -incluida la Transición Justa- requiere una inversión significativa en los próximos 15 años para obtener beneficios económicos y sociales a largo plazo. Explorar cómo se financia una Transición Justa -y por quién- debe ser ahora un área clave de atención para los países, las empresas, las instituciones financieras y la comunidad internacional, incluyendo la identificación de soluciones innovadoras como las asociaciones público-privadas.

¿Cómo es la transición justa en el mundo?

No existe un enfoque único para una transición justa. Las políticas y los programas deben diseñarse de acuerdo con las condiciones específicas de cada país, incluyendo su etapa de desarrollo, la gama de sectores económicos y los tipos y tamaños de sus empresas.

Muchos países ya han comenzado a formular planes nacionales para una Transición Justa y observar estos ejemplos prácticos puede servir de inspiración y de lección en otros lugares del mundo. 46 naciones se comprometieron a desarrollar estrategias de Transición Justa en la Cumbre de Acción Climática de la ONU en 2019, y desde entonces otros países y empresas se han sumado al esfuerzo.

Los responsables políticos, los interlocutores sociales y los ecologistas pueden encontrar útil revisar los estudios de casos presentados en el centro de recursos del Instituto de Recursos Mundiales sobre la Transición Justa, así como los preparados por la iniciativa de Acción Climática para el Empleo y la revisión de las iniciativas de Transición Justa a nivel de empresa de la World Benchmarking Alliance.

¿Qué orientación existe para que los países lleven a cabo una transición justa?

Aunque la gran variedad de contextos nacionales y empresariales hace que no exista un marco estándar para una transición justa, existen algunos instrumentos internacionales.

Las Directrices para una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos, preparadas tras una Reunión Tripartita de Expertos de la OIT en 2015, es un documento clave que refleja las opiniones y perspectivas de los gobiernos, los empleadores y las organizaciones de trabajadores. Como marco respaldado a nivel mundial, las Directrices esbozan los principios y los posibles puntos de entrada de las políticas para promover y gestionar una transición justa.

Las Directrices tienen por objeto permitir a los gobiernos, los trabajadores y los empresarios de todo el mundo impulsar el proceso de cambio estructural hacia una economía más ecológica y neutra en carbono, crear empleos decentes a gran escala y promover la protección social.

Las Directrices son tanto un marco político como una herramienta práctica para ayudar a los países de todos los niveles de desarrollo a gestionar la transición hacia economías neutras en carbono y también pueden ayudarles a alcanzar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030. El marco promueve mecanismos de diálogo social entre los gobiernos, los trabajadores y las organizaciones de empleadores a lo largo de los procesos de elaboración de políticas a todos los niveles.

Otros documentos e iniciativas de referencia son la Declaración de Solidaridad y Transición Justa de Silesia, firmada por 50 países en la COP24, el marco de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) sobre Transición Energética Justa e Inclusiva, y la Comisión Global sobre Transiciones Energéticas Limpias Centradas en las Personas, iniciada por la Agencia Internacional de la Energía.

Los conceptos de Transición Justa también se vinculan directamente con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, al reunir explícitamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible 12 - acción por el clima, 10 - reducción de las desigualdades, 8 - trabajo decente y crecimiento económico, y 7 - energía asequible y limpia.

¿Qué políticas son clave para abordar simultáneamente la sostenibilidad medioambiental, económica y social?

Los mandantes tripartitos de la OIT, que representan a los gobiernos y a las organizaciones de empleadores y de trabajadores, han identificado las siguientes áreas políticas como fundamentales para abordar la sostenibilidad medioambiental, económica y social simultáneamente: Políticas macroeconómicas y de crecimiento; políticas industriales y sectoriales; políticas de desarrollo empresarial; desarrollo de competencias; seguridad y salud en el trabajo; protección social; políticas activas del mercado laboral; derechos; y diálogo social y tripartismo.
Además, se considera fundamental la coherencia institucional y política, junto con la plena integración de las dimensiones de género e inclusión, y los principios de no "talla única para todos" y "no dejar a nadie atrás".

¿Qué programas e iniciativas existen para ayudar a los países y a las empresas a facilitar una transición justa?

El apoyo práctico para una transición justa está disponible a través del Mecanismo de Transición Justa de la Unión Europea, la Alianza Mundial de Evaluación Comparativa, así como la iniciativa Acción Climática para el Empleo (CA4J). La iniciativa CA4J es una asociación de múltiples partes interesadas gestionada por la OIT para desarrollar políticas y medidas nacionales de Transición Justa y crear puestos de trabajo decentes y verdes, al tiempo que se persigue una acción climática ambiciosa y se promueve la justicia social.

El Llamamiento Mundial a la Acción de la OIT para una Recuperación Centrada en el Ser Humano, adoptado en la Conferencia Internacional del Trabajo de 2021, destaca la urgente necesidad de sentar las bases de una respuesta a la crisis que sea plenamente inclusiva, sostenible y resistente, y que apoye una transición justa.

Como agencia de las Naciones Unidas centrada en el mundo del trabajo, y con el mandato de promover la justicia social, la OIT se ha comprometido a apoyar a los gobiernos, las empresas y los trabajadores en su camino hacia una transición justa, a través de la investigación, la labor política y los proyectos de cooperación técnica y de desarrollo sobre el terreno.